Mes de la Ciberseguridad: El rol de la Firma Electrónica Avanzada en la certificación fehaciente de la identidad

 

La Ciberseguridad es el área que se enfoca en la protección de los datos en la Web y la infraestructura computacional a través de estándares, protocolos, métodos, reglas, herramientas y leyes concebidas para minimizar los posibles riesgos. Si bien muchas veces parece un concepto ajeno y muy etéreo, está presente cada vez que abrimos un e-mail, hacemos click en un link o debemos hacer trámites online.

Ante su importancia, desde hace 20 años se celebra en octubre el Mes de la Concientización sobre la Ciberseguridad. Hoy es vital la educación al respecto a raíz del aumento de los ciberataques que se producen cada 39 segundos. Lo peor es que el 95% de ellos son causados por errores humanos. Según el reporte Estado de Resiliencia Cibernética 2022 de Marsh y Microsoft, el 73% de las compañías mundiales consultadas ya fueron víctimas de algún tipo de ciberataque.

Dentro de la Ciberseguridad, la Firma Electrónica Avanzada es un mecanismo de autenticación y verificación de la integridad de documentos y datos electrónicos que desempeña un papel crucial cuando necesitamos firmar o verificar documentos firmados a través de herramientas digitales.

Marcelo Mora, CEO de IDOK -empresa chilena dedicada a optimizar los procesos de gestión, identificación digital y firma electrónica de personas, empresas y organizaciones- afirma que “la Firma Electrónica Avanzada proporciona un medio seguro y confiable para autenticar la identidad de las partes involucradas, verificar la integridad de los datos y cumplir con requisitos legales. Su implementación adecuada es crucial para proteger la información y prevenir amenazas cibernéticas. Además, ayuda a prevenir la suplantación de identidad y otros tipos de fraudes en línea, ya que hace que sea más difícil para los atacantes falsificar documentos o comunicaciones electrónicas”.

La Firma Electrónica Avanzada ayuda a detectar si los datos de un documento electrónico han sido alterados de alguna manera durante la transmisión o el almacenamiento. Si los datos se modifican, la firma ya no coincidirá con el contenido original, lo que indica que el documento ha sido comprometido. De esta forma, “descarta totalmente los casos de impugnación y desconocimiento, puesto que la firma está certificada por un ente certificador que acredita su identidad. Al firmar un documento, queda encriptado, no puede modificarse. A la vez contiene trazabilidad, que es pública y se puede identificar al autor, ya sea un PDF u otro documento como la factura electrónica”.

Por último, en Chile la Firma Electrónica Avanzada tiene igual validez legal y “se le reconocen los mismos efectos jurídicos que a una firma manuscrita ante notario, por lo tanto, es admitida como prueba en juicio”, cierra el CEO de IDOK.

Fuente: Revista Seguridad

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